martes, 27 de noviembre de 2007

La Caracola

Desespero, soy un caracol que se arrastra sobre la silla de tubulares verdes, mojo el cojín del asiento con mi fresca barriga húmeda, larga, inservible, asquerosa. Soy un molusco que vive del aire, que mira las cumbres del saber frente a si mismo sobre la mesa, afilados, entreabiertos, separados por hojas de colores y notas en post-it, urgidos por ser leídos y tomados por la contrapasta con una mano y rayados por dentro con la otra, benditos libros, siempre tan coloridos, prometedores, benévolos. Abiertos en la última hoja resumida y aprendida… pero soy una babosa, un molusco que apenas puede consigo misma. Los miro, a través de la mesa de vidrio desde mi silla, no puedo trepar, no puedo llegar a ellos, estiro mis delgadas antenas para cerciorarme de que seguirán ahí, ¡oh! ¡mis libros…!. No se mueven porque me esperan, no cobran vida porque me la reservan, no se mueven porque sino se alejan, sí…… de mí que soy una peor que mosca con caca en las patas, una inservible lombriz con coraza rota, descerebrada, cansada, desinteresada, floja, mediocre… soy una babosa, hermafrodita sin rumbo fijo, sin ganas de aprender, sin ganas de llegar a la cumbre y leer para aprender, memorizar, pasar un fin de MERKA FUNDAMENTAL…