domingo, 6 de enero de 2008

Carta

He escuchado historias que hablan de las sombras, que se pierden entre la penumbra y te transportan a el frío blanquizco que las envuelve. He escuchado historias color naranja que te hacen reír y reír hasta que te agarras la panza y te duelen las mandíbulas de tanto hacerlo, reír es hermoso. He escuchado historias color violeta que no te dejan llorar porque no sabes si hacerlo es adecuado. He escrito historias color violeta que no son ciertas pero que surgen de una realidad palpable. He guardado historias color violeta que apiladas tocan la punta del cielo, los dedos pulgares de los pies de Dios. He guardado y desechado historias color violeta que pueden conquistar el mundo pero no tu corazón, no tu cuerpo, no tu alma, no tu ego, no tu supuesta madurez.

He escrito y supuesto que escribo historias color café, y es tan triste saber que lo supongo porque he tenido tu piel tan cerca de la mía como para poderla memorizar, pero no puedo, eres dentro de toda tu imperfección; el ser humano y espiritual que me hace perder el sueño, la memoria, el juicio mismo…
he supuesto que leo historias interesantes y profundas como el negro puro de tus ojos; que guardan en sí la paz mas infinita que he podido probar, pero me pasa que me pierdo en el abismal misterio que guardas cuando te alejas y parece que nunca volverás.

He escrito mentiras, verdades, caprichos de la infancia y cosas que nunca imaginé. Escuché una vez que alguien dijo “Tú escribes lo que eres” pero no lo afirmé del todo. Después bajé a cenarme mis viejas letras y decidí tragarme la retórica para no asfixiarme de recuerdos. Es verdad, no soy de sangre lila y de ojos rojos, pero suele ser que cuando el corazón me sangra encuentro la mejor inspiración. Hoy en día siento no sólo que gotea si no lo siento a reventar. Creí que te conocía y creí que te amaba, creía que no te quería perder… ahora no sé si creer es suficiente, la fe no existe, y si la fe no existe entonces qué soy yo…. Si alguna vez repetidamente dije “la fe no es fe, hasta que es lo único que te sostiene”… y ya ves… tal vez el amor sea la mismo que la fe… algo que entenderé tal vez jamás.