Justo estaba esperando en la antesala. Un letrero de psicópata en la frente. Recojo mi cabello, pinto mis labios, evito andar en tenis. Las voces siempre similares de la gente adolescente, ya viví, ya comí, ya fumé, ya cogí. Las horas, casi estáticas retumban su lento correr sobre mi oído. Me largo a la antesala de regreso. Miro la cordillera y pienso; no me sale. Sin novedad, acalorada, me retiro de este mundo. Salud. Esta tarde el señor naranja se sienta ante mí y bebe vino.
sábado, 6 de marzo de 2010
jueves, 4 de marzo de 2010
Periodista japonés observa:
las chilenas
son
hermosísimas
lástima
que tengan
los ojos oblicuos
Nicanor Parra
martes, 2 de marzo de 2010
Post movimiento.
La calma llega, post movimiento.
Salimos de las casas lentamente, con pena, con miedo. Nada hubo que hacer más que esperar, la tierra gritaba fuerte.
La calma va, post movimiento.
Cerramos los ojos con sueño, nadie duerme, no se puede olvidar el cuerpo. Alma mía, respira, que la tierra gritaba fuerte.
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