domingo, 4 de marzo de 2012

El espacio azul.


Otra vez, haré un espacio en el espacio de espasmo. Como un hueco en el espacio negro de mi tarde para ver si puedo mirar nacer. Es que a veces no me queda claro  que estoy despierta, venida al mundo para aplazar contra corriente el día final. Everyday in my life is like the first day. Every minute in my life is one more and one less at the same time.
Abro el espacio con mis dedos como abriría las ramas frondosas en una selva,  sacando primero la frente; los ojos abriendo de poco en poco y luego toda mi cara presenciando la oscuridad en la oscuridad, o tal vez la luz en la oscuridad, o la nada en el todo, o todo en la nada. No sabemos aún.
Yo completa, o lo poco que podría llevar de mí, está ante aquello relativo. Siempre habrá un punto de retorno, pienso. Pero si el miedo y la incertidumbre me atrapan, pensaré que todo lo hecho en mi más lejano y presente pasado, está mal hecho. ¿Quién me dice entonces cómo volver habiendo aprendido de mis errores?... Sí, hay un momento en la vida en que un idiota se cansa de serlo.

Lo que está posterior a mis dedos que entre abrieron un espacio en el espacio. El espacio azul. El tiempo de una vida, que vivo, siento, respiro, prolongo, disfruto, evito dormir, trabajo, intento enamorarme, apelo siempre al lado más humano de aquellos, aquellas; de quienes nada obtengo me alejo y en quienes puedo me restriego casi completa hasta cansarme del confort. El espacio azul y los mísiles de los días que vuelan. Las canciones que se repiten y dicen menos cosas que antes. ¿Será que de niños, adolescentes, teníamos mas cosas que aprender? El espacio azul, por no llamarlo de otra manera muy cotidiana.