jueves, 17 de julio de 2008

Tras la mirada de Luna

Voy tras la mirada de Luna, tras la mirada de violeta resplandor, cuya magnitud dibuja sombras en formas de monstruos; amigos inocentes que bailan en ronda tomados de la mano y coronados con florecitas moradas, rosas y amarillas. 
Voy tras la mirada de Luna, tras los ojos que sonríen con pronunciadas arrugas en los costados. Tras la mirada de Luna, tras los labios de un rostro igual al mío, labios que tienen para mí, todas las verdades:
atrapadas, recortadas y acomodadas dentro de un globo aerostático inmenso; hecho con retazos de tela (un pantalón gris que se rompió en la feria, un chaleco de lana que dejó de crecer como yo lo hacía, una colcha de margaritas estampadas que se decoloró con el sol, un suéter de estambre que se jaló de una manga con un alambre, calcetas, camisetas y mantitas para los muebles, entre la inmensidad de retazos que no reconozco) y yerbas que tejen en vez de hilo. 

Voy tras la mirada monstruosa de Luna, tras la mirada de un contorno lila brillante, silueta magnifica, visible e intocable. 

Tras la mirada de Luna, que transparente y pura refleja todos los defectos de su contraparte, lealmente los atrapa, los recorta y otras veces los disuelve.

... nada se asemeja a practicar La Muerte, la Muerte Increíble. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues no, igual que en la mañana no tengo palabras para expresar lo mucho que me gusto esto y mucho menos las tengo para decirte el gusto que me dio ver que regresabas y de que forma.