sábado, 6 de marzo de 2010

De regreso a la antesala.

Justo estaba esperando en la antesala. Un letrero de psicópata en la frente. Recojo mi cabello, pinto mis labios, evito andar en tenis. Las voces siempre similares de la gente adolescente, ya viví, ya comí, ya fumé, ya cogí. Las horas, casi estáticas retumban su lento correr sobre mi oído. Me largo a la antesala de regreso. Miro la cordillera y pienso; no me sale. Sin novedad, acalorada, me retiro de este mundo. Salud. Esta tarde el señor naranja se sienta ante mí y bebe vino. 

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