martes, 24 de abril de 2007

laberinto

Un laberinto es una especie de exilio,
caer puede parecer desgraciado.
Para un solitario como yo, resulta
aventurado y sin duda alguna, conmovedor.

Veo en las paredes de los pasillos interminables
vasijas rotas, huesos de buitres colgando.
Cada que he dado una vuelta puedo saberlo
Por una luz que se enciende en morado, cada vez
más morado. 

No se a ciencia cierta sí avanzo o retrocedo, 
sólo se por que me han dicho, que al final del laberinto 
no hay tesoros ni acertijos. 
Hay cuchillos, navajas y agujas; 
hilos dorados y tachuelas de hueso.

Pintura violeta en un cuévano, 
la puedes tomar con la mano
o usar tus cabellos.

Dichosos los poetas cansados de intentar prosas y discursos vanos,
tal tentación de pintar y cortar,
cortar y bordar.

La piel en morado colgada del cielo,
que oscurece asombrado y manchado,
de pieles ahumadas
en tintas moradas,
hilos atroces
y letras castradas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bravo! un punto mas a favor de ese levantamiento de emociones provocadas a sus lectores mi querida gio!

Anónimo dijo...

que se dice de algo bien hecho?, como se dice para no manchar las palabras y prosas bien logradas con mis comentarios desatinados y a destiempo?, cual inutil intento de hacer saber el gusto comun de por apreciar tu particular uso de las palabras, ho, pero que oportunidad tiene un mal novato, pelele aficionado para el cual las palabras no dan para tanto... ya se que se dice: gracias amiga de cabellos cortos e ideas largas, de de apreciables y aplaudibles fraces y particular punto de vista, este, en particular, es el escrito que mas me ha gustado... pero la verdad es que no he leido todos. pero voy a hacerlo!

María Buendía dijo...

niño ingeniro!!!

epa!!

tengo tantos,

ingeniero en Aeronáutica verdad?

no puedes ser otro,

seguro que en aeronáutica...