sábado, 2 de junio de 2007

Dama bestia

Mis poros de la piel engullían el color de tu distancia para volverse del verde que cubre mis venas embrolladas.

Que frustración la mía cuando escupí en la franela de tu ausencia mis dientes con menta y mi pasión por las palabras envuelta.

Me callé por la pena con mi cuerpo ante el espejo y de mis manos con la tinta no salían más que intentos, mal logrados y tirados y mojados por las perlas transparentes y filosas como el vidrio que eran mis ojos, cuando se deshacían en mil gotas de lluvia mía interminable.

Te idolatré hasta con odio en la bañera de burbujas grisáceas, te acaparé sobre mi mente aún sabiendo que tu aliento volaba hacía otra parte. Tejí mi ego con carmín bajo mi espalda navajeada por tus pasos más y más calantes, más y más dolientes a cada paso que dabas y te alejabas de mí, hacía ti mismo.

Me inventé a mi misma la peor historia de dolor jamás oída, me gravé en la memoria matutina el mal sabor de boca que tiene tu calaña. Pero no después de suplicar como pordiosera tus besos en el suelo de tu orgullo y no sin saber que mis reclamos humanos enrollados en pasión absoluta, no podían mover si quiera un tantito de tu interés por otra refulgencia, y con dolor también admito que fue después de darme cuenta que la mía para ti no es magia si no pura acrimonia borrasca.

Desde siempre creo que llamaste a mi desprestigiada subsistencia para exigir tu regreso pero por pura misericordia. Es verdad que me estaba muriendo, y te permití galante villano pero las verjas de mi dolor estaban puestas.

Por eso fui tan despreciable yacaré trepa pasiones, demoledora de emociones y vencedora lanzadora de escupitajos apalabrados de tan mala manera. Fui la más sublime de las bestias con mi sangre venerando tu indecencia vuelta horca para mis sueños, y también fui la más podrida de las damas vengadoras de un orgullo merecedor de amor y un poco de respeto. Pero ni eso a cambio de mil intentos.

He aquí la respuesta y justifique de mi bajeza. Que nunca lamentes tu fortaleza. Que nunca olvides el poder de mi respuesta…

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando el viento nos susurra las palabras y las lagrimas caen sobre el papel, se corre la tinta de las letras llenas de tristeza, empapándolas de verdad, que le dan ese sutil toque que tiene lo que escribes si algún día dejas de hacerlo las letras perderán parte de su brillo.

Ontaro dijo...

Wow! sorpresa, si de sorpresa cual bombardeo de letras e ideas me golpeo este post, gio eres sensacional sin duda no dejaras de sorprender a este aprendiz.

Anónimo dijo...

gioux...


ándale con los anonimatos
Para de sufrir por eso.
este te quedó de quimera
pero muy aterrizado. Sobre todo la parte en la que llueve de ti pero jamás dices que lloras. gran logro. Pero mas que perlas son tus diluvios. ¡besos! (Sandra)

Anónimo dijo...

wow¡¡¡ q palabras, giovanna eres sentimiento puro y sincero volcado en un papel.
sigue deleitandonos nena¡
te kiero (agd)

María Buendía dijo...

y es verdad.... que pocas veces he escrito verdades tan arraigadas como esta...

María Buendía dijo...

qué feo es escribir con rimas, me cae :P